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Modificación genética en la agricultura. ¿Cómo esto afecta o ayuda al ser humano?

Por Dana Bernal Toledo, 1102

Las plantas son más fáciles de manipular que la mayoría de los animales. Para muchas especies de plantas, una sola célula del tejido en cultivo puede producir una planta adulta. Por esto se va a realizar una modificación genética para así generar un organismo con nuevos rasgos, sea el tamaño, duración, color, etc.

“Para transferir ADN a una planta se utilizan diversos vectores, que sirven de vehículo transmisor, burlando los mecanismos celulares que normalmente impedirían la incorporación de una información genética extraña.”(Ecologistas en acción, 2005)

Empecemos con una breve introducción de lo que se ha querido llevar a lo largo de la historia con las modificaciones genéticas en los alimentos. Todo esto comenzó hace unos años, cuando el hombre tuvo la gran idea de modificar y cambiar las semillas de algunas frutas y verduras, sin embargo, este era un proceso que además de costoso tardaba demasiado tiempo y ya dependía más de una evolución natural. Hasta que claro, llega la ingeniería genética en los años ochenta a realizar este mismo proceso de manera más rápida, estableciendo estos cambios u modificaciones genéticas como “el desarrollo de importantes avances en la investigación biomédica y en la actividad clínica” (Comunidad y Salud, 2010)

Pese a esto, existen peligros diversos y potenciales en relación al ambiente y la salud humana

Se ha discutido a través de los años que los OGM (organismos genéticamente modificados) programados para producir su propio pesticida o resistencia a determinados herbicidas, provocan resistencia en malas hierbas, lo que obligaría en un futuro a emplear pesticidas cada vez más poderosos. Ya se documentó la asimilación del OGM resistente a la canola por parte de una planta silvestre de mostaza y el gusano del algodón se hizo inmune a los transgénicos. En ambos casos pueden surgir "superplagas", difíciles de ser controladas con los pesticidas existentes y muy violentos para el medio natural, pudiendo afectar la biodiversidad de la fauna silvestre, así lo establece el Departamento de Salud Pública.


En mi opinión, el realizar modificaciones genéticas a las plantas y alimentos no es que sea del todo malo, pues encontrando como ejemplo el algodón; este porta un gen bacteriano que hará que las plantas se vuelvan resistentes a los herbicidas, además este gen bacteriano va a facilitar el crecimiento de los cultivos.

“Algunos argumentos que demuestran lo anterior establecen que los cultivos están protegidos frente a virus, insectos y malas hierbas; el cultivo de estos alimentos puede  desarrollarse en zonas estériles o de sequía donde hasta ahora era prácticamente imposible plantar, se les pueden añadir proteínas que ayudan a combatir enfermedades y malnutrición, etc.” (SEGURA, Aurora. 2018)

Es aquí cuando nos debemos preguntar, tras varios beneficios que encontramos en la modificación genética de la agricultura lo siguiente: ¿está del todo mal el buscar soluciones, aprovechando la ciencia, para beneficiar no solo económicamente si no por el bien que nos acobija a todos? Quizá el hecho de que haya que hacer uso de estas modificaciones sea necesario y culpa de nadie más que nosotros mismos, de nuestra sociedad actual.

Muchos cultivos están en riesgo a causa de ataques de microorganismos infecciosos y las plagas de insectos. Es por estas razones que se ha vuelto necesario que se haga uso de la ciencia para prevenir estás problemáticas. Sin embargo, esto ya ha llegado a un límite en el cual este exceso de transgénicos puede llegar afectar la salud de las personas que consumimos estos alimentos, y la cuestión es si sabemos o no lo qué sucede durante el proceso de manipulación que traen estos “deliciosos y frescos” alimentos que encontramos en el mercado. ¿Somos ignorantes ante estos procesos o simplemente nos dejamos convencer fácilmente de lo que nos digan los medios de comunicación sobre la promoción de estos productos?

“Todas las principales organizaciones científicas del mundo han llegado a la conclusión de que los alimentos genéticamente modificados en el mercado son seguros para comer. Estas son las mismas organizaciones en las que muchos de nosotros confiamos cuando se trata de otros temas científicos importantes, como el cambio climático y la seguridad de las vacunas.”(C. Ronald, 2008, AgroBio)

Es claro que aquellos NO científicos no tendrán el conocimiento de todos los químicos que contienen los alimentos naturales que se consumen diariamente, y además nos dejamos cegar por todo lo que se promociona. Pensamos que el  hecho de que el tamaño o color sea mejor que uno natural lo hace aún más “apetitoso”, sin saber de igual forma que todos estos cultivos contienen químicos que pueden damnificar nuestra salud, sin embargo, se han ido dado investigaciones en donde se podría llegar a combatir enfermedades.


TERAPIA CON GENES

Es importante mencionar que uno de los pro de la terapia con genes, como se mencionó anteriormente en los argumentos, está relacionada con combatir enfermedades puesto que esta podría ayudar al tratamiento de trastornos genéticos, entre otras enfermedades como el VIH, haciendo que las células se multipliquen a lo largo de la vida de un paciente y así expresarán un gen normal, esto claro, si el procedimiento tiene éxito.

Por ahora se han realizado ensayos sobre la terapia genética que tienen como meta el corregir los defectos genéticos y hacer un intento para mejorar las capacidades de las células inmunológicas combatiendo el cáncer o resistir la infección del VIH. ¿Nada mal, verdad? La cuestión es que esto no es 100%  efectivo pues no hay forma de saber si las células con el gen transferido trabajarán como es pensado.

“Es posible que el acceso mejorado a la información científica sobre genética, alimentación y agricultura pueda ayudar a los consumidores y a los responsables de la regulación y políticas públicas a tomar decisiones ambientalmente racionales. Pero la ciencia cognitiva revela que somos subjetivos acerca de cómo obtenemos nuestra información, en qué confiamos y creemos, y cómo nos sentimos con respecto a los hechos que obtenemos.” (C. Ronald, 2008, AgroBio)

Es aquí cuando la cuestión se vuelve en si realmente estamos haciendo bien al hacer y aceptar los cambios genéticos que podrían ser perjudiciales en un futuro. Es claro que aquellos que están en el poder no se pregunten estas cuestiones que a muchos de nosotros nos preocupan por nuestra salud. En la mente de los poderosos no está nada más que el hecho de avanzar social y económicamente. Pero claro, si pensamos como ellos nos damos cuenta que ignorar estos pequeños efectos es lo mejor, a visión del avance económico y social debemos tomar medidas drásticas y hacer uso de esas ventajas que nos da, en este caso, la ciencia.

En conclusión, aunque estos procesos de modificación en seres vivos anteriormente mencionados, que están ayudando a la evolución de la medicina, tengan muchos beneficios no significa que no hayan muchas más cuestiones por las cuales preocuparnos, tanto en la salud, en el ambiente, en lo económico, y hasta en la cuestión ética y moral donde, en realidad, estamos tomando con mucho ego el papel de creernos “Dios” al crear nuevos microorganismos, plantas e incluso animales sin poner ningún límite ni reglas éticas que permitan que la sociedad se beneficie de forma adecuada. Sin embargo, no se han podido demostrar que los OGM sean perjudiciales para la salud humana, que provoquen daños medioambientales o haya aumentado las alergias alimentarias. Todo lo contrario de sus detractores, que basan su percepción negativa en el hecho de que hace tan poco tiempo que los transgénicos forman parte de nuestra vida y por lo tanto es muy pronto para calibrar si son peligrosos o no para las personas, animales y el ecosistema en general.

 Creo que primero debería definir el panorama que genera la discusión en torno a la modificación genética, para después pasar a dar su opinión, y después pasar a dar los argumentos que defienden su opinión.

Debe tomar una postura clara, para que el texto tenga una direccionalidad.

 Esto es otro tema que no corresponde al título. Mi sugerencia es que fortalezca el tema principal siguiendo la estructura de texto argumentativo.

Una visión muy optimista de los poderosos. Pero en todo caso, la manipulación genética ¿no podría producir avance social y económico?


Aquí sucede lo mismo, la conclusión es confusa, pues no sabemos si está criticando los anhelos científicos de transformar la vida, o le preocupa que estos avances no lleguen a la sociedad por prejuicios anticientíficos.

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