Efectos del alcohol en el Sistema Nervioso Central

Por Melany Tirado Organista,1103

El alcohol etílico es una sustancia bastante común, consumida con fines recreacionales. Este compuesto no es perjudicial para la salud humana en bajas concentraciones, es más, un “consumo moderado de alcohol puede proporcionar algunos beneficios para la salud, tales como: reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, posiblemente reducir el riesgo de apoplejía isquémica, y reducir el riesgo de diabetes.” (Mayo Clinic, 2019)

Por el contrario, el consumo excesivo de alcohol tiene diversos efectos negativos, tales como dificultades en la memoria a corto plazo, indiferencia emocional, reducción de la densidad neuronal y alteraciones en las funciones ejecutivas. El alcoholismo es la adicción al alcohol, el cual siempre ha sido un gran problema de la sociedad, sin distinguir entre culturas. En el siguiente ensayo se trabajará desde los efectos específicos del alcohol en el cerebro (reacciones químicas y consecuencias), a las consecuencias del alcoholismo en una sociedad.

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Las alteraciones del alcohol en el cerebro se deben principalmente a su acción en neurotransmisores y conexiones sinápticas. Los neurotransmisores con compuestos químicos encargados de la comunicación entre las neuronas, para la transmisión de información y sus correspondientes reacciones a los diferentes estímulos. El alcohol al reaccionar con estos, altera las conexiones sinápticas, y con ello las funciones cerebrales. Según Rodríguez (2011), el consumo excesivo del alcohol “induce a cambios adaptativos en el cerebro”; éstos se expresan en cambios en el equilibrio homeostático de la neurotransmisión (el cual además de regular este equilibrio, se refiere a la capacidad de adaptación al medio), generando un nuevo estado de equilibrio, conocido como alostasis. “En la adicción alcohólica, el alcohol se hace imprescindible para que el cerebro mantenga esa adaptación anómala. […] Éste se convierte en un elemento que, cuando desaparece, provoca un síndrome de retirada que se manifiesta con mayor o menor intensidad y gravedad dependiendo del individuo y su hábito.” (Rodríguez, 2011).

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En el caso de algunos neurotransmisores, como la dopamina, ésta “induce una activación de las neuronas dopaminérgicas residentes en el VTA. No está muy claro que la neurobiología del refuerzo positivo inducido por el alcohol sea la misma que la que explica el efecto hedónico y placentero que el alcohol genera.” (Rodríguez, 2011), o en el caso de la serotonina, la cual se asocia a los efectos del etanol sobre el SNC. Las reacciones del alcohol con estos compuestos son los causantes de los efectos del alcohol etílico sobre el SNC, tales como la depresión, dependencia, agresividad y pérdida de la memoria.Por otra parte, éstos efectos se generan en forma macro en gran parte de las personas de una sociedad.

Para analizar este fenómeno, es necesario tener en cuenta la sociedad acerca de la cual se realiza el estudio. En este caso, será la sociedad colombiana. Esta sociedad tiene muy arraigado el alcohol dentro de su estilo de vida, lo que manipula la percepción del alcohol en la comunidad, teniendo en cuenta sólo los beneficios que trae el consumo de alcohol, y olvidando sus efectos nocivos.

De esta manera, el consumo de alcohol no es percibido como un aspecto negativo (sólo el consumo excesivo del mismo). El consumo de alcohol en la sociedad colombiana se encuentra influenciado por aspectos culturales, como celebraciones y encuentros sociales, donde al finalizar éstas, la mayoría de las veces se encuentran causados por el abuso de esta sustancia, tales como peleas familiares, riñas callejeras, y accidentes de tráfico.

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El consumo de alcohol a temprana edad también es una de las causas del alcoholismo, el cual se presenta con diferentes características

• “Existencia de un descenso paulatino en la edad de consumo habitual, entre 13 y 16 años. El paso de enseñanzas primarias a secundarias supone un periodo crítico en el inicio del consumo de alcohol.

• Se produce un aumento de consumo los fines de semana y los días festivos. Tipo de consumo que contrasta con el de la población adulta que tiende a consumir de forma estable a lo largo de la semana. […]

• El patrón espacial de consumo ha variado. Antes el consumo de bebidas alcohólicas se solía producir generalmente en el ámbito familiar, dentro de los hábitos alimenticios y cuando había alguna celebración. En los últimos años el consumo de alcohol juvenil se realiza sobre todo en bares, discotecas, en la calle y en otros lugares de posible encuentro y diversión. Se consume en compañía de iguales, los amigos o el grupo de relación.

• El consumo de alcohol por los jóvenes tiene un carácter social. Es una forma de pasar el tiempo con los amigos y otros jóvenes y establecer relaciones sociales en grupo. A veces el consumo se asocia a la necesidad de obtener reconocimiento social por parte de los iguales.” (Díez, 2003)

El consumo temprano vuelve más probable la adicción al alcohol en una etapa madura, debido a que el cerebro empieza a asumir esta sustancia desde un desarrollo no completado del SNC. La normalización del consumo de etanol actúa como un potenciador del alcoholismo. El consumo de alcohol etílico en la juventud vuelve propicio el fracaso escolar, los comportamientos asociales y el aumento de los accidentes de tráfico. Esto se vuelve un círculo vicioso, puesto que, al generarse el fracaso escolar, se pierde interés en el aprendizaje, y con ello se reducen las posibilidades de progreso del individuo, y aumenta las probabilidades de dependencia de etanol.

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A su vez, los problemas de alcoholismo en una familia “suponen un importante impedimento para que se produzca un desarrollo normal en las relaciones afectivas, así como de la comunicación familiar.” (Díez, 2003) Éste es uno de los principales causantes de violencia intrafamiliar, además los menores de edad presentes en la familia, así pues, ellos asumen parte de los comportamientos del adicto, como comportamientos normales del núcleo familiar. Además, el alcohólico se niega a aceptar que existe un grave problema entorno a su consumo desmedido, siendo así una de las principales causas de divorcio.

Más el alcoholismo no sólo supone un problema social, también es un gran problema sanitario puesto que el excesivo consumo de alcohol es causa de varias enfermedades como la cirrosis, psicosis, hepatitis y demencia. Las cuales se dan en masa debido al porcentaje de adictos de la sociedad. También encontramos a los fallecidos por causas externas, como accidentes de tráfico, peleas y riñas.

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En conclusión, el alcoholismo es un problema de origen cultural, el cual tiene sus efectos nocivos en el sistema nervioso, debido a la alteración de los neurotransmisores y conexiones sinápticas del SNC. Esto genera cambios comportamentales y anímicos, los cuales se presentan en un gran porcentaje de individuos de la población colombiana, diferentes problemáticas como la violencia intrafamiliar. Además, éste puede aumentar sus probabilidades de padecerlo si se comienza el consumo de etanol desde temprana edad, debido a la inmadurez del cerebro, esto a su vez puede desembocar en accidentes de tráfico, peleas y riñas. El alcoholismo también supone un importante problema de salubridad, en tanto a que el alcohol etílico afecta órganos importantes como el hígado y el cerebro.

Referencias

     Rodríguez, F. D. (2011). El alcohol altera la neurotransimisión cerebral. Revista Adicción y Ciencia, 1 (2) Recuperado de:

     Díez Hernández, Ítziar. (2003). La influencia del alcohol en la sociedad. Servicio de cuidados intensivos pediátricos. Hospital Donostia.